Van tras ella. No hay vuelta atrás. La felicidad se escondió en las esquinas, bajo la cama. Ella buscó ayuda en aquellas botellas de tequila y vodka que se camuflan al fondo de aquel cajón. La mataron a besos, hincaron sus uñas en su sensible piel. Tiró la bebida por el fregadero. Esos días han acabado. ¿ Lo puedes oír? Es mejor que corras. Corre rápido, corre por todos los que un día creyeron en ti. Déjalo todo. Deja todas tus cosas, el amor, déjalo todo atrás. No puedes llevártelo si quieres sobrevivir.
Nunca quise nada de ti. Excepto todo lo que tenías y también lo que quedó después de eso. La felicidad la golpeó como una bala en la cabeza. Una bala disparada a gran altura por alguien que debería saber más de esto. ¿ Lo puedes oír? Porque aquí vienen.