Antes solía ser mas tímida, y precavida a la hora de dar cada paso. Siempre trataba de asegurarlo todo y si veía que no podía salir bien, me daba la vuelta e intentaba hacer como si eso no existiera o como si no hubiera estado ahí. He tenido a mi corazón encerrado durante demasiado tiempo,quizás por el miedo a sentir o simplemente por el miedo a equivocarme. Pero ahora como un pájaro al que sacan de la jaula, que al principio tiene miedo, es todo muy grande, que digo grande, inmenso. Conforme va pasando el tiempo tiene ganas de batir sus alas, quiere volar, quiere sentir, quiere explorar, quiere vivir. Aunque ello conlleve equivocarse, caerse , hacerse daño o si te pones en las muy malas morir en manos de cualquier loco, o en las garras de un gato ambicioso y hábil.
Pero nada se puede comparar con la sensación de ser libre, de poder pensar y actuar como desees. No debe importarte el qué dirán, ni el qué pasará mañana, tienes que hacer lo que tu corazón mande en ese momento. Siempre él sabrá que hacer. Yo suelo morderme el labio inferior cuando algo me encanta o cuando estoy nerviosa, no me preguntes porqué , ya que ni yo misma lo sé. Sabes lo que sí sé, que quiero perder la estabilidad junto a ti, quiero confesarte la razón por la que me decidí a salir de esa jaula. Esa jodida jaula cuyas paredes presionaban a mi corazón haciéndolo sentir indefenso y débil, por ello ahora tengo miedo. La libertad requiere demasiado esfuerzo , ser valiente y no perder nunca la guardia ya que no sabes como es la persona de la que te enamoras.