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sábado, 29 de diciembre de 2012

Te sigo soñando





















Es horrible sentir este inmenso vacío en mi. Llego a casa y es como si hubiese perdido la batalla. Todavía huelo a ti, y siento el humo de tus cigarrillos rozando mis dedos. Fue una felicidad efímera, al principio todo perfecto, hacía meses que no sentía el humo de sus cigarrillos , ni su sonrisa perfecta, estuve en lo más alto de la montaña rusa pero cuando empezó a descender fue mal, y lo peor, cuando quedé al fin del trayecto, dos besos de despedida y un ,nos vemos;  que me llevan al bucle de los días atrás. Ya no sé cuando sonrío de verdad, mis ojos quedan clavados en la nada, gritando en silencio y esperando a que algo venga y los  saquen de esta tristeza. Estoy harta de luces de navidad, de villancicos, de felicitaciones y sonrisas hipócritas. De días de oscuridad aún estando el sol más reluciente que nunca.



Parecía el tiempo perfecto para ser lo que tanto ansiaba. Creí que sería fácil, pero sin duda estaba equivocada, como siempre. Sin embargo, era todo tan distante y lejano. Es como intentar mover un vaso con la mente como hacía Celia o tratar de conseguir un unicornio para reyes. Es imposible y absurdo, como mis inocentes pensamientos y esperanzas que van al fondo del vaso que escondo al fondo del armario. Trato de que nada de lo que me rodea y me duela, me afecte, pero me es imposible ,para variar. Siempre hay algo por delante de mi para los otros, ya sea alguien o algo, siempre se opone algo para poder alcanzar mi sumo estado de estabilidad, tranquilidad y felicidad. Todo es tan fugaz que no me da tiempo a veces ni a saborearlo. Saco canciones de cajón lleno de folios escritos en sucio y con mil apuntes de todo, canciones que hacen sentirme más nostálgica de lo que aún estoy. El viento mece mi cuerpo y lo deja sin vida. Y quedo rendida ante las luces parpadeantes que invaden mi ser, lloro, recuerdo, tiemblo, termino desvaneciéndome y tratando de olvidar todo lo ocurrido, secando mis lágrimas, intentando que no dejen marca en mi.

domingo, 23 de diciembre de 2012

Los monstruos que habitan en mi

Luces que parpadean en mi habitación oscura. Quedo hipnotizada. Me rindo ante ellas. Que absurdo resulta estar en casa un sábado, con el pijama, sentada en el sillón viendo como encienden y apagan las luces, como queda sin vida tu alrededor. Quiero mudarme de ciudad. Quiero una vida nueva. Rodearme los fines de semana de otras miradas. Miradas que me transmitan nuevos sentimientos y cuerpos que dancen de madrugada sin preocupaciones.Quiero una correa nueva para mi perro. Quiero olores diferentes, estos hay días que me producen arcadas y otros días ni siquiera los siento. Quiero una nueva ruta.Un nuevo despertar.
Mirada ausente. Aburrida. Decepcionada con su alrededor y consigo misma. Ya no hay quien la entienda. Y es así. Espiral de sentimientos, de sueños rotos, de gentes sin nada que aportar excepto su indiferencia hacia mi ser. Los maldigo, y a mi ser también. Mi alma grita, lo hace igual que un gato al que le pisan el rabo, con rabia, dolor y a la vez odiando a todo ser existente en este planeta. No sabes lo jodido que es soportar ese dolor, y esos gritos que mi alma desprende cada día, y constantemente ver su foto en la pared y no poder estar como en ese instante. Me odio por no poder coger la maleta, dejarlo todo y un post-it en la puerta del frigorífico diciendo, nos vemos en Diciembre voy a intentar mantener mi recuerdo y mis sentimientos vivos, pero vivos de alegría.
              

jueves, 13 de diciembre de 2012

El hombre del saco


Soy como aquella cría que deseaba que llegara el día de reyes. Acostarme con los nervios alterados, deseando que pasaran esas interminables horas intentando no quedarme dormida. Y en cuanto el sol asomaba por la rendija de mi ventana, mis pies rozaban las gélidas baldosas. Era hora de echar a correr dos habitaciones más allá de la mía. No podía hacerlo sola, necesitaba la ayuda de mi hermano, aquel hombrecito cariñoso y valiente como él  solo. Aunque la tentación me podía, así que sin quererlo me asomaba por el hueco de la escalera y al ver ese árbol tan recargado de adornos con luces que no dejaban de parpadear y todo esos papeles de regalo intentando excitarme aún más al no ver que era lo que escondían. Y como una lagartija a la que le acaban de cortar la cola con los nervios a flor de piel, saltaba sobre su cama y le daba la enorme noticia de que esos tres desconocidos habían dejado algo para nosotros.

Ahora ya no siento esa emoción por las mismas cosas. Ahora todo ha cambiado. Hoy quiero sentir esa emoción, quiero que mi corazón lata a mil por hora, quiero saltar como una loca, quiero viajar , quiero recorrer los sitios más inhóspitos que haya en cada ciudad, quiero dormir en habitaciones desconocidas, quiero cantar a pleno pulmón a ritmo de guitarra, quiero dejar la vergüenza y la timidez en el cajón de mi armario, quiero que todo me dé igual, quiero pintarme las uñas de un color diferente cada día, quiero sentir que soy parte de algo o alguien.Quiero partir de cero, espero estar a tiempo.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

A doce de diciembre del dos mil doce.





Queda menos para volver a sentir el frío penetrante rondar por mis huesos. Necesito sentirte de nuevo. Si digo la verdad estoy aterrorizada, me siento sola. Perdida en un mundo donde todos tienen claro su camino. 

domingo, 2 de diciembre de 2012

Una de carmín rojo para llevar, gracias.


Es la noche perfecta para sentirse de nuevo viva. Se pone su vestido, medias oscuras y sus tenis. Un poco de maquillaje y los labios rojos, que nunca falten. Puede ser la oportunidad para olvidarse de todos, del pasado y enamorarse de un desconocido. Quizás en un bar de mala muerte, o en cualquier callejón de su cuidad preferida. Aquella que en cuanto se lo permiten, se escapa unos días para seguir autoconvenciendose de que todo es posible y que no siempre es todo tan oscuro y feo como en este horrible lugar al que está atada. Está confusa aunque feliz.
Apuesta a que no faltarán las risas y la buena música. Cree que la clave del  éxito es no dejar de bailar. Esto le ha puesto los pelos de punta, recuerda tantos buenos momentos que le es inevitable sonreír. Sí, la típica sonrisita tonta. ¡Maldita sea! Es joven, aunque a pesar de ello, han pasado muchos hombres por ella. Unos dejaron su olor en su ropa, otros sus besos tatuados en el cuello y en el pecho, otros le dejaron una sonrisa impresa en su retina, otros en sus labios el sabor de un tequila con limón, cuando muerde sus labios aún lo siente, otros carcajadas a las tantas de la madrugada, otros la marca de sus abrazos su alrededor y otros compusieron la canción de su vida y la dejaron adosada en sus costillas. Ella solo se conforma con formar parte del recuerdo de ellos. Guarda en cajitas todo lo bueno que ha de recordar, siempre llamaron a Octubre memoria de pez. Y no podía permitir que tantos buenos momentos se perdieran en el olvido. Hoy en día no sabe si es su inseguridad o el miedo a que no llegue el tren ,el que la hace a ratos estar tan ausente del mundo, tan alejada de todo. Aunque esta es la noche, su noche. No dejará de bailar ni de tomar tequila. Así todo saldrá bien. Me vendría bien compañía, a si que no aceptaré un no por respuesta a un amante de los gatos que trasnocha con cigarro y cerveza en mano.