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miércoles, 28 de marzo de 2012

Dime te quiero en cuatro idiomas diferentes y seré tuya


Hablemos de princesas sin príncipe, de castillos en ruinas, de casas encantadas, de canciones tristes, de cuerpos cansados , de días sin sonrisas, del viento que se lleva todas las palabras que algún día dijimos, de zapatos desgastados de tanto caminar y de corazones rotos. O mejor hablemos de días de sol, de amor sin limites, de sonrisas que nunca acaban, de abrazos que sientan mejor que un café en un pleno invierno a -21ºC, de conversaciones sin sentido a las tantas de la madrugada, de las galletas de chocolate tras una larga noche de fiesta o de todo lo que nos queda por vivir. Hablemos de Clementine. De sus ganas de cruzar fronteras, de volar lo más rápido y alto que jamás nadie lo hizo, de soñar despierta, de cambiar su mundo y su forma de verlo todo. Está dispuesta a cambiar, va ser la nueva Clementine. Coge una hoja en blanco y escribe todo lo que hará en su nueva vida. La vida que empieza en el minuto uno de la madrugada del veintiuno de mayo.
Se rapará la cabeza, llenará su cuerpo de tatuajes, llevará vestidos de flores los días quince de cada mes, se pintará los labios rojos de sábados a lunes, guardará en una cajita de color verde todos los relojes, se colará en una fiesta de disfraces de la alta sociedad, se acostará en una cama desconocida cada noche, fingirá orgasmos, beberá hasta perder el equilibrio, se marchará dando un portazo, dejará a todos con la palabra en la boca, se montará en la montaña rusa toda la tarde, asustará a los que traten de asustarle, reirá hasta desgastar su alma, no dejará que sus lágrimas se derramen por nada ni nadie,no se dejará enamorar tan facilmente, desvelará todos sus secretos a el primer gato que se cruce en su camino, irá a cincuenta países diferentes, besará a cincuenta y dos chicos, hará a cada una de las personas que conozca una foto a su sonrisa, mentirá sobre su pasado y sobre su futuro, se hará vegetariana los viernes , alcohólica conocida y fumadora pasiva.
Dará su vida a cualquiera que le guste trasnochar, el café, el chocolate, no hable demasiado y un requisito indispensable,  que sepa decir te quiero en más de cuatro idiomas.