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domingo, 20 de mayo de 2012

MadnessDenChaotic 2

La noche anterior caí rendida. Al parecer otro día se deja asomar tras esas cortinas que van a juego con el color de las paredes. Con mucho cuidado y en silencio alguien abre la puerta y dormida aún suelta un:" Good Morning" Intentas abrir los ojos pero te pesan los párpados. Aún soñando te levantas y vas a la cocina. Un café con galletas te espera. Como una muerta caminas arrastrando los pies por la casa, es hora de tomar una ducha para comprobar si aún sigues viva. Ni el agua ardiendo calma el frío que sientes en tus huesos, la ventana del baño está abierta y te está congelando literalmente. Tras cerrarla y dejar que el agua caliente se deslice por tu piel, vuelves a sentir los latidos de tu corazón. Al salir miras al espejo empañado, y como una tonta dibujas en él. Sonríes. Sigues sin creer que todo esto sea verdad. Una vez lista es hora de marcharse. Hace un frío terrible para ser estas fechas, pero es agradable. Me estoy dando cuenta de que me gusta el frío. Es agradable. Sí, ¿por qué no? Caminas. Te quedas asombrada de lo precioso que es todo. Hemos llegado a nuestro destino,es un colegio , aunque en realidad no lo parezca. Asistes a un par de clases y nos vamos. Es hora de comprar algo he ir a comer. Por la tarde, que mejor plan que ir con todos a jugar a los bolos. Nos tomamos unas cervezas, jugamos.. Estoy realmente cansada, quizás sea mejor seguir mañana. Pintaba bien, muy bien ese viernes... Aunque aún viviendo el jueves es hora de irse a la cama.



Y que le importa a nadie como está mi alma ,más triste que el silencio y más sola que la luna

sábado, 19 de mayo de 2012

MadnessDenChaotic 1

Te paras a pensar, y.. maldices a todo aquel que dice que el tiempo pasa lento. Trescientos sesenta y cinco días después. Me encuentro sentada frente al ordenador con los ojos cansados de tanto sufrir y una taza de café, escribo como la vida pasa delante de mis narices sin poder hacer nada al respecto, excepto intentar disfrutar del viaje. Y hablando de viajes.. Aquella madrugada del diez y ocho de mayo de dos mil once, pude presenciar en primera persona los nervios sumados a la desesperación de un bus que no llegaba y el vuelo, que se marcharía sin esperarnos. Como siempre una corazonada está justificada, a si que sin pensarlo dos veces una llamada y todo solucionado al instante. Unos minutos mas tarde un taxi nos esperaba rumbo al Aeropuerto. Durante esas dos horas de camino sentí como la noche se apoderaba de mi, la luna sin ser llena relucía igualmente, y su luz nos marcaba el camino. Y junto a las estrellas, miles de estrellas brillando en el cielo no sabía en qué pensar, si en lo afortunada que era , como terminaría este viaje o donde estaría un año más tarde. Una cabezada que otra calló por el camino. Era difícil no resistirse, llevaba en mis espaldas los nervios  y las noches en vela de una semana que había llegado tan rápido que apenas me había dado tiempo a asimilarlo. Una vez que pusimos los pies en el asfalto, comprobamos lo que era un Aeropuerto a las cuatro de la madrugada. No habían pasado ni veinte minutos y nos mandaron a embarcar. Con los nervios a flor de piel, salimos de allí, la pista parecía una carretera desierta. Unos cuantos focos para poder guiarse y un gran aparato dispuesto a llevarnos a la otra punta, unos dos mil y pico kilómetros nos esperaban. Subí, poco a poco intentando no caerme y manteniendo el equilibrio al mismo tiempo que me concentraba en subir un pie y luego el otro. Ascendí hasta toparme con una chica que me dio la bienvenida, y me indicó que debía entrar en aquella especie de sala diminuta. Casi apunto de amanecer, allí me encontraba sentada en un sillón con los pelos de punta y una voz que nos anunciaba los requisitos, ya sabes, lo típico que tienen aprendido de memoria, los cinturones ... Y una vez terminado ese ritual, los motores se ponen en marcha. Te concentras en un punto fijo, y esperas sentir ese cosquilleo y esa sensación de todo se mueve , que asciendes, que planeas. Una vez que estás allí arriba, sientes que puedes tocar las nubes, que eres parte de todo lo que te rodea. Ves a la gran mayoría de la gente durmiendo, o al menos intentándolo. Pero tu por mas que quieras no puedes. Unas horas de viaje y te vuelve anunciar aquella voz distorsionada que aterrizarás de unos momentos a otros. Tu mirada se llena de luz, tus ojos contienen lágrimas y tu garganta traga ese nudo. De entre las nubes se dejan ver unas vistas increíbles, todo es verde, todo está lleno de vida. Ya estaba allí,  Frankfurt me esperaba ansioso. El sol ya lucía su mejor traje y tus ojeras aumentaban con el paso del tiempo. Un bus nos llevó al punto de encuentro con nuestras maletas que parecían llevar todo lo ya vivido. Pesaban muchísimo. Te preguntas como es posible, y ríes. Siempre hubo un por si acaso. Estación de tren. ¡Venga, el último empujón y estamos en nuestro destino! Tras empaparse mis venas de esa emoción y alegría, era hora de llamar a mamá. Como una cría en el día de reyes y apunto de llorar, con la voz temblando sueltas un: "He llegado, estoy viva y flipando. Adoro esto y no llevo ni unas horas en este tren mamá. Tienes que ver esto" Sin creerlo aún, sin creer que puede existir tal lugar. Intentas grabar una prueba de que todo lo que ves es real y no un sueño. Le das al play. Y como una tonta ilusa te tiras un par de minutos grabando la ventana del tren. Ahora , una vez pasado todo lo malo, es la hora de empezar a pensar en tu destino. Miles de preguntan rondan por tu cabeza." ¿Cómo será?¿Donde viviré?¿Será simpática? No la conozco, no se nada. Te anuncia una voz de mujer distorsionada y en un idioma totalmente desconocido que la siguiente es tu parada, Frankenberg (Eder). Nuestro esperado destino. Al bajar te encuentras con unas diez o quince personas que te esperan a ti. Sacan su mejor sonrisa y te saludan con un cómo estás y un abrazo. Me presentan a "my host family" . Tiene pinta de ser una chica agradable, no ha perdido la sonrisa en todo el camino. Llegamos a casa. Un bloque de pisos amarillo... Tras una conversación que no sabes como empezó terminas hablando de cosas irrelevantes. Pero tus párpados te pueden y te despides a las 8 de la tarde con un" Buenas noches, hasta mañana".. Bajas la persiana, y te metes en la cama, mañana será otro día.


martes, 15 de mayo de 2012

I am ready

Trazo lineas rectas y no tan rectas sobre un papel. Te pienso mientras el lápiz danza al compás de un acariciar de teclas blancas y negras dispuestas entre sí como una sucesión de sueños por cumplir ordenados por tamaño y color. Se deja oír una voz que con más miedo que vergüenza ensaya una y otra vez el discurso con el que poder llegar a cumplir uno de los sueños que están en la cima de sueños por cumplir. Aún no sabe como hacerlo, bueno, mejor dicho, no sabe si realmente tendrá el valor de hacerlo. Tiene pánico. Es como un actor que desea que todos sus espectadores le aplaudan y griten su nombre, pero el miedo le puede y no sabe si salir al escenario, tiene un miedo terrible, le tiemblan las piernas y la voz. ¿Lo logrará? Eso no lo sabe nadie más que él y su valor. Miro el móvil más de veinte veces por minuto. Miro la hora, deseando que el tiempo que no puedo estar a su lado se pase rápido. Tengo miedo a amar . Tengo miedo al error. Miedo a no ser lo que espero. A que el destino no me deje jugar a mis anchas. Recuerdos vuelven a mi mente al igual que vuelve a mi ese escalofrío que creí olvidado. Soy un gato, un gato asustado, y nunca mejor dicho.



viernes, 11 de mayo de 2012

Teach me how to be loved


 Recorro la casa de un lado a otro sin saber donde estoy, sin saber a donde me dirigo. Soy como un alma en pena que no es capaz de diferenciar entre lo que es real y lo que no. Lo poco que creí tener se desplomó, calló al suelo como la botella vacía en manos de un borracho que necesita amor. Y sin saber aún bien el porque di un giro a mi vida que nunca quise. Ahora no tengo ganas de reír, no tengo ganas de nada, y cuando digo nada es nada. Me tiraría los días tumbada en el frío suelo de mi habitación con la música a todo volumen para no poder escuchar todo lo que dice mi cabeza y con mi perro dando alguna vuelta que otra a mi alrededor y ladrando cuando alguien pase bajo mi ventana. Solo observo, te miro como si algún día hubieses sido mio o como si algún día fueras el que en días como estos me sacara la sonrisa que no encuentro por más que quiera. Un calor insoportable abrasa mi piel. Miras y el miedo me puede, giro la cara y a la mínima vuelvo a mirar , y como una estúpida mis ojos quedan fijos en un punto que no deja de recorrer la pista de un lado a otro, igual que el perro que se muerde la cola.

Si esto fuera una película francesa, una cualquiera, creo que me gustaría ser la pequeña Amelié de Poulain. Sonarían de fondo las canciones de Yan tiersen. La pequeña Amelié, una soñadora compulsiva, cobarde.. y le gusta disfrutar de los pequeños placeres de la vida y cree en el amor verdadero. Ella en mi lugar sabría que hacer. Trataría de vivir el día a día y de disfrutar al máximo de los pequeños placeres, como una sonrisa, una conversación que esperas que nunca termine, una llamada informando de que desean verte. No una cara de mala hostia, una llamada que nunca llega, un mensaje alertando lo que rezaste la noche anterior para que no sucediera, un fin de semana que no pinta bien, un verano que puede ser un caos o una locura, todo depende de ti y de mi forma de decir las cosas o de callarmelas, aún no lo tengo decidido.

Estoy confusa, no veo más allá de tu sonrisa. Mañana sustituiré mi cara de perro y mis lágrimas por una sonrisa forzada que intenta ser natural y por un poco de maquillaje, mucho rimmel y un pintalabios rojo para que mi sonrisa sea el centro de atención, no mis ojos rojos y llorosos que aún sufren las consecuencias de días atrás.Suma a todo eso un veintiuno y unas ganas de salir de aquí, de dejarlo todo, de salir corriendo . Irme sin avisar, coger el vuelo más barato que anuncie esa página de vuelos a bajo coste. Salir pitando de este lugar. Para que no sufrieran mucho los que finjen que les importo un tweet y una carta que digan, estoy viva, no se asusten ni me busquen, aunque no lo crean voy en busca de la felicidad. Me hablaron bien de ella y pensé que sería bueno conocerla en estos tiempos que corren.


Cuando te juré quedarme mentí , cuando te dije lo siento volví a mentir.

domingo, 6 de mayo de 2012

Little bird



Como decía el mejor profesor que he tenido nunca: No hay nada nuevo bajo el sol. Supongo que llevaba razón. Aunque, por otra parte dije que siempre habrá algo nuevo que descubrir y para experimentar.
Antes solía ser mas tímida, y precavida a la hora de dar cada paso. Siempre trataba de asegurarlo todo y si veía que no podía salir bien, me daba la vuelta e intentaba hacer como si eso no existiera o como si no hubiera estado ahí. He tenido a mi corazón encerrado durante demasiado tiempo,quizás por el miedo a sentir o simplemente por el miedo a equivocarme. Pero ahora como un pájaro al que sacan de la jaula, que al principio tiene miedo, es todo muy grande, que digo grande, inmenso. Conforme va pasando el tiempo tiene ganas de batir sus alas, quiere volar, quiere sentir, quiere explorar, quiere vivir. Aunque ello conlleve equivocarse, caerse , hacerse daño o si te pones en las muy malas morir en manos de cualquier loco, o en las garras de un gato ambicioso y hábil. 

Pero nada se puede comparar con la sensación de ser libre, de poder pensar y actuar como desees. No debe importarte el qué dirán, ni el qué pasará mañana, tienes que hacer lo que tu corazón mande en ese momento. Siempre él sabrá que hacer. Yo suelo morderme el labio inferior cuando algo me encanta o cuando estoy nerviosa, no me preguntes porqué , ya que ni yo misma lo sé. Sabes lo que sí sé, que quiero perder la estabilidad junto a ti, quiero confesarte la razón por la que me decidí a salir de esa jaula. Esa jodida jaula cuyas paredes presionaban a mi corazón haciéndolo sentir indefenso y débil, por ello ahora tengo miedo. La libertad requiere demasiado esfuerzo , ser valiente y no perder nunca la guardia ya que no sabes como es la persona de la que te enamoras.

jueves, 3 de mayo de 2012

Confesiones de una paranoica



Sabes de esos días cuando todo te parece bien. Sientes que a acabado todo lo malo, que el camino es el correcto. El silencio que hay en tu cabeza pronto acabará .Ese murmullo constante, todo ese ruido que tu corazón desprende cada vez que te pones a pensarlo. Piensas en ese día, ya todo ha acabado. Pronto todo quedará en un despertar. Eres otra, estas llena de vida. Corres sin saber el porqué. Vives sin saber el cuando. Un día  decidiste poner carteles por todas las calles de tu ciudad. En cada esquina , en cada farola. Un cartel impreso a color que dice:" Perdona, pero eres tú. Eres la sonrisa que buscaba" Y en pequeñito en la parte inferior del folio ponía: "Búscame a altas horas de la madrugada, estoy segura de que eres mi hombre. Me encontrarás solo por mi ansiosa mirada y por mi tímida sonrisa". Y ya que el destino haga de las suyas a su parecer. Aunque sigas suspirando por algo que no era cierto, es algo que llevas dentro.

Pero en este momento buscas en el cajón de los recuerdos, y encuentras vestidos que danzan al ritmo de un vals, sonrisas que creías olvidadas, y miradas que hacía años que no se adentraban en ti , ni te hacían erizar el bello. Recuerdas su olor, su pelo y su voz.  Y sus cosas que le hacían ser el único al que mirar. No tenía nada que ver con el amor, quizás tampoco con vestidos que parecían tener vida propia , ni de aviones que despegan de madrugada buscando ser parte del recuerdo. Aunque puede que sí tuviera que ver algo con los gatos, con la ciudad del viento y del calor abrasador, con canciones de rock, con el acero , y con noches que jamás acabarían de no ser por el mañana.