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viernes, 26 de abril de 2013

Swim Until You Cant See Land.



Vivo rodeada de recuerdos. Siento que mi mundo se para. Podría quedarme horas mirando cada rincón de mi habitación. Cada fotografía. Me levanto cada mañana y miro nuestra foto. Sonriente. Precioso, como siempre. Y me digo que quedará menos para volver a vernos y me prometo que todo pronto volverá como meses atrás. Me repito una y otra vez que todo no fue en vano y trato de darme fuerzas, como si esto fuese una terapia, algo que me ayude a seguir caminando hacia delante. Siempre quise dar todo lo que estaba en mi mano, trataba de dejar mis problemas a un lado cuando estaba contigo. En más de una ocasión sentí como algo me presionaba el pecho y apenas me dejaba respirar, pero nunca tuve el valor de mostrarme como la débil que soy ante ti. Pero desde que me dejaste, desde que desapareciste todo es diferente. Te he necesitado demasiadas noches y no estabas. Llegué a sentir que no era yo misma, como si sin quererlo todo a mi alrededor hubiese cambiado ,como si de vivir en el polo norte, de repente me despertase en el sur. O quizás que la que había cambiado era yo, nunca estuve del todo segura. Pero lo que recuerdo e intento olvidar es muchos, demasiados momentos de pánico y ansiedad. Miedo, un miedo indescriptible. Estaba perdida como cual naufrago, me vi en un lugar total mente desconocido y el tiempo pasaba y no me hacía con él, no era capaz de adaptarme del todo. Intente empezar de cero, pero es muy duro.
Ahora siento que navego sola, un poco perdida, pero al menos veo el sol cada día aunque al llegar la noche pase frío y no distinga nada en la oscuridad, trato de acurrucarme y esperar a que amanezca.



lunes, 22 de abril de 2013

¡Hay tanto idiota ahí fuera!

Puedo volver, puedo callar, puedo forzar la realidad. Puedo doler, puedo arrasar, puedo sentir que no doy más. Puedo escurrir, puedo pasar, puedo fingir que me da igual. Puedo incidir ,escapar, puedo partirme y negociar la otra mitad. Puedo romper, puedo olvidar, puede comerme la ansiedad. Puedo salir, puedo girar, puedo ser fácil de engañar. Puedo joder, puedo encantar, puedo llamarte sin hablar. Puedo vencer, puedo palmar, puedo saber que sin vosotros duele más. Puede ser que mañana esconda mi voz por hacerlo a mi manera ¡hay tanto idiota ahí fuera! Puede ser que haga de la rabia mi flor y con ella mi bandera. ¡sálvese quien pueda! Puedo torcer, puedo lanzar, puedo perderme en la obviedad.


miércoles, 17 de abril de 2013

Wrong direction

Estoy sentada en la ventana 21 de un tren que me lleva a conocer más mundo que este que veo cada mañana y que se repite día tras día, año tras año. Estoy en el asiento que pega a la ventana. No hago más que enamorarme de las vistas. Delante se han puesto una pareja con un crío  y no paran de de gritarse lo más callados posibles ya que están en un sitio público. Pero el crío no lo soporta y llora, llora desconsoladamente. Se bajan en la próxima parada. Menos mal, algo de tranquilidad. Se sienta un señor a mi lado, es un señor rubio con barba y una mirada cálida. Lleva un periódico en la mano y un sombrero precioso. Creo que me acabo de enamorar. Tendrá unos 80 años, aunque he de reconocer que nunca se me dio bien eso de poner edad a la gente. Se quita su sombrero y me saluda. ¡Que amable!- me digo. Se remanga y deja ver una piel arrugada y pálida ,lleva el brazo tatuado. Me quedo mirándolo. Me sonríe y me dice algo, pero no puedo entenderle. Señor, no hablo su idioma, ¿sabe inglés? ¿ Francés quizás? ¿Español? Sí, habla algo de inglés y francés una mezcla de ambos. Con nuestro idioma inventado mal hablado mantenemos una larga conversación. Es un hombre increíble. Ha vivido tanto y todo tan increíble parece de película. Me da a entender que se bajará en la siguiente parada. Nos gustaría seguir hablando. Me asegura que nos volveremos a ver, me da una dirección y me escribe algo en un idioma del cual no soy capaz ni de intuir. Me sonríe y me regala su sombrero. Maldita sea, porqué no habrá gente así donde vivo para alegrar mi odiosa rutina-Pienso mientras le veo bajar del vagón. Llevo varias horas sentada en el mismo lugar. No paro de darle vueltas a mi jodida cabeza. Y decido conectar mis cascos y darle al play durante un rato. Intenté dormir pero no quería perderme tal paisaje. ¡No se ve esto todos los días! Veo mi reflejo en el cristal. Mi mirada perdida. Y no hago más que hablar conmigo misma pensar y darle vueltas, intentar buscar una respuesta, una solución o quizás la clave sea no hacerlo.. "El tiempo corre , no espera a nadie. La vida pasa ante nuestras narices y cuando queremos darnos cuenta es tarde. Llevo tanto deseando estar en este lugar y como si en un abrir y cerrar de ojos hubiese llegado aquí y en poco me marcharé. Echo de menos abrazos y conversaciones a pesar de no acordarme apenas de su olor ni su voz, me maldigo por ello, pero no tengo la culpa, era una cría y han pasado los años. Años que pasan como días, días que pasan como segundos. Sin darnos cuenta estamos con la piel arrugada, llorando por lo que hacía días te hacía sentir jodidamente especial y por lo que ayer te daba trabajo hoy no te da ni prestigio. Ves a gente que no conoces de nada pero que todos saben quien es, pidiendo, pidiendo en la calle para beber, para poder olvidar y hacer que el tiempo pase más rápido de lo que ya lo hace o quizás que retroceda.  No hay nada ni nadie que me garantice que todo irá bien. En mis peores días imagino el día perfecto . Sueño cada noche con gente, lugares y vidas que no consigo recordar a la mañana siguiente. Pero es lo que me mantiene con vida, pues tu te marchaste un nosecuantos de enero y aquí sigo yo, en el mismo lugar, rodeada casi de la misma gente y con mucho por lo que vivir y no dejaré de luchar, de eso estoy más que segura, quizás sea de lo único."

Y un frío horrible recorrió mi cuerpo, creí rozar tu cuerpo cuando sonó el móvil.. Me desperté, y seguía estando aquí. No sabía que hacer, que pensar ni decir. Me senté en el filo de la cama con la mirada fija y sin vida por unos instantes...







jueves, 4 de abril de 2013

Since you are gone






I have nobody to speak in my worst and happy days since you're gone. 

Es difícil decir adiós, pero más difícil es que se marchen sin saber la fecha en la que volverás a ver esa sonrisa que tanto te gusta. No sabes cuando volverás a sentir sus latidos, su respiración, su piel. No puedes planear ahorrar para un vestido y unos bonitos zapatos, para ir a la peluquería, no puedes hasta ese día, el día, porque no sabes cuando llegará, ni siquiera si llegará. Planeas cada momento, cada día, cada instante. Imaginas todo lo que deseas, buenas notas al final de curso, amigos que nunca abandonan, risas que nunca faltan, celebraciones, conversaciones que duren horas y que hagan sentirte como una cría cursi, verano perfecto, vuelos a la otra punta del mundo, viajar sola aunque jamás sintiéndote sola, conocer a decenas de personas, conquistar corazones, amanecer con tequila en mano, hablar con cualquiera que te invite a una copa y tenga una bonita sonrisa en cualquier idioma mal hablado, conversar con gatos hasta las tantas, un "te echaba de menos", "lo he pasado genial", " me alegra verte" o un " no dejaré que te marches".  Maldita sea, quiero aferrarme a tu clavícula. Quiero declararte la guerra cada día y no salir de las sabanas los días pares y salir a bebernos el mundo los días impares. Sí, me gustaría mucho. Muchísimo. 
Pero en vez de eso, solo deseo que la suerte esté de mi lado para poder salir de este lugar y dejar todo lo demás al destino. 
Aunque una cosa te digo, el carmín rojo, las risas y el tequila los pongo yo.