Pasos acelerados, mirada que se pierde en ese caos de cuerpos que van a contra reloj. Empiezo a notar como se va introduciendo el frío por mis dedos, lento, como si lo estuvieran inoculando con agujas oxidadas, parecían comerme las entrañas, hasta que dejé de sentir. Tumulto de gente esperando, el frío intentando adueñarse de esas almas solitarias y yo intentando que explote cada célula, cada tejido, cada órgano de esas gentes y bañen mi ser con ese líquido rojizo y ardiente. Cuando quiero darme cuenta, estoy abrazada a mi pequeña, vino a recogerme a la estación, como en las películas. Reencuentro, noche de noviembre, luna llena, semáforos en rojo, calles interminables, gato que maulla desconsolado, puerta que chirría y un tercero sin ascensor que parecía un quinto. Me desnudo y dejo que me acaricien, el agua fría recorre mi cuerpo casi hasta el punto de dejarlo sin respiración. Mientras tanto cierro los ojos y trato de concentrarme, escuchar lo que hay fuera del baño. Es Batman. Trata de salvar a Gotham y yo, mientras tanto, decidiendo si carmín rojo o no... ¡Estúpida! Cierro los ojos, cuento hasta cinco, y sonrío. Nueva estación. Por mucho que me queje, me gusta el frío. No sentir los dedos que sujetan un vaso y esa sensación de que se va a desplomar en cualquier momento. Caída libre. Rodeada de gente que apenas podías ver por la cantidad de abrigos que soportaban sus cuerpos. El tiempo no hace ni una pausa para ir al baño, ¡maldito sea!
Estaba esperando a la luna y, oscureció. Escuchaba anécdotas mientras un escalofrío recorrió mi médula. Y llegó la hora de mi querida Ginebra. Escuché esa palabra y sin quererlo recité en mi interior,"darling, you can make your life look prety add a little ice and gin" Y sonreí, cual tonta. Era una fecha importante, quizás más que eso, porque no me imagino mi vida sin mi hermano. Sonará cursi, pero es lo más importante que tengo. Bueno, ¿tarta de chocolate? ¿Ginebra? ¿Y las velas? ¡Traed las velas!
Puedes sentirte parte de algo si eres parte de la escena. Cantar a pleno pulmón "You are my wonderwall" con un desconocido. Música alta, no había necesidad de hablar. Almas bailando al ritmo de la música. Agarró mi cintura y me dejé llevar. Cintura, pies y sonrisa, lo demás, ¡qué más da!
Y qué genial,
qué astuto,
qué indecente,
qué maravillosamente oportuno.
El soplo de viento
que aún hizo atrevido
tu olor con el mío.
Y qué manera de perder las formas
y qué forma de perder las maneras.
Ya nada importa,
el mundo ya se acaba no quedará nada.
Disfrutemos de la última cena.
qué astuto,
qué indecente,
qué maravillosamente oportuno.
El soplo de viento
que aún hizo atrevido
tu olor con el mío.
Y qué manera de perder las formas
y qué forma de perder las maneras.
Ya nada importa,
el mundo ya se acaba no quedará nada.
Disfrutemos de la última cena.
Izal( qué bien)